Mensaje de las Sacerdotisas para honrar el amor en nuestros tiempos

AMAR

Sabemos que no está siendo fácil, que en estos tiempos se os da la oportunidad de volver a vuestra luz, y que como período de reconstrucción global lo estáis viviendo en medio de oleadas creadas para el caos. El caos y la violencia son los medios de control que han estado presentes durante mucho tiempo. La diferencia y ventaja del presente, para algunos territorios, es que tenéis unas condiciones de vida que os permiten descubrir información y experiencias para las que, en otros períodos, no había espacio.

Recordad que formáis parte de lo que un día permaneció entre nosotras. Ahora el conocimiento está despertando, porque, como humanidad, debéis tomar responsabilidad para dejar de perpetuar el orden establecido que os niega y os condena a todos. Estáis recuperando y restaurando lo que un día nos arrebataron a todos. Esto requiere aceptar las sombras para poder saber qué hacer con ellas y aprender, durante el proceso, quiénes sois y el poder interno que tenéis. Y siento deciros que esto no se logra en un estado de paz permanente.

Hay principios y leyes universales que facilitan entender lo que el amor representa en la Tierra y en cualquier otro lugar. El amor no puede medirse ni definirse en palabras, así como cada uno lo siente. Es una frecuencia, un sentir que viene a través de una forma de pensamiento y acción que expanden nuestro ser desde el corazón.

Las mujeres en la Tierra estáis preparadas para transformar cualquier residuo que os bloquee de recibir amor. Ya lo estáis haciendo. Abrazaros durante el proceso. Esta limpieza y transmutación os va a permitir recordar el código para abrir el corazón y volver a sentir el amor que merecéis, ese amor que en una parte de vuestro ser recordáis y sabéis que merecéis.

Cuidad de vosotras, cuidaros de verdad, id hacia dentro y, poco a poco, soltad lo que os lleva a la desconexión de quienes sois. No toleréis lo que debe desaparecer. Cerrad las puertas, y aquello que no esté alineado con el amor que os dais y sois no tendrá espacio para existir.

Como ya hemos dicho, sabemos que no está siendo fácil. Cuando nuestra civilización fue interferida por las razas que nos separaron, corrompiendo a cambio de poder y creando conflicto entre los hombres y del hombre hacia la mujer, para desestabilizar el primer centro de equilibrio primordial, tuvimos que desaparecer, porque vinieron a destruir lo que, a través del amor, habíamos creado. Así completaron la grieta que estaban tramando y consiguieron darle la vuelta a nuestra comunidad, enterrando los valores básicos, y permitiendo que el abuso de poder para el beneficio de unos pocos tuviera lugar.

Las relaciones y la vinculación entre humanos pueden tomar diferentes formas. Para saber cuál es la correcta para cada persona debéis buscar el sentir: esa expansión, esa reconexión con vuestro centro. Donde la luz de vuestra mirada es reconocida en los ojos del otro, podréis conocer y construir en amor.

Os han estado mintiendo con contratos impuestos, que muchas personas desconocéis por la información oculta sobre la historia de la humanidad y la estructura familiar impuesta tal y como la conocemos, junto al resto de pilares de la estructura social establecida.

El amor no es chantaje, control, abuso, represión, manipulación, confusión, dolor o castigo. Ninguna persona en la Tierra debe quedarse en un vínculo donde se confunde el amor con el dolor.

Para poder cultivar el amor real, debéis distinguir vuestro sentir en diferentes contextos y entender que sois libres de decidir desde el respeto y con la mayor capacidad de comunicación posible. Esto os va a ayudar a resignificar el sentido del amor en la Tierra, con la valentía de no mentiros ni mentir a los demás, porque de ser así, lo que el amor representa se pierde. Siempre con la intención de que todos ganen.

Ganar no siempre es ver lo que queréis ver. Cuando todos ganáis es cuando, sin ocultar la verdad, todos tenéis la información y la oportunidad para decidir qué hacer y qué no. Por eso, el amor sin honestidad se desdibuja.

Al mismo tiempo, la honestidad debe hacer justicia a ese sentir de que todos ganen; el respeto y la intención de no hacer daño deben estar presentes para que la finalidad y el significado del amor tengan sentido.

Hay una idea de la programación impuesta que os lleva a un espiral del ciclo víctima–salvador. Os han enseñado a premiar a quien confunde el amor con la compasión. Detrás de la compasión, estáis minimizando la capacidad real del otro para ponerse de pie por sí mismo y sacar su poder personal. Es por eso que algunas personas se vinculan desde la victimización, y otras se sienten engrandecidas alimentando el estado de víctima en el otro, perpetuando así la espiral. Hay razas que aún se alimentan de esta fuga y falta de información que genera esta idea en vuestra comunidad.

Tener empatía y bondad forma parte de la expansión del amor. Honrar vuestra naturaleza es entender que el amor se vuelve difuso cuando minimizáis a otros o cuando alguien no ve la grandeza que hay en vosotros por prejuicios o ilusiones. Consciente o inconscientemente, uno se pone por encima del otro.

La empatía y la bondad están en vosotros, pero recordad que salvar no os hace mejores personas: os hace entrometidos, y esto puede generar karma. Es la idea del sistema para perpetuar la victimización y que sea más difícil para la persona salir del estado de dolor o sufrimiento.

Cuando la luz de dos o más personas se reconoce por frecuencia y resonancia, hay un reconocimiento que no drena y expande. Ahí hay lugar para el amor desde el respeto y la comunicación, con la mejor intención.

En Amor.

Àngela.